GUILLERMO DA COSTA (profesor de filosofía en enseñanza secundaria)

Profesor de Filosofía de enseñanza secundaria. Corrector de textos/asesor lingüístico. Licenciado en Filosofía, lcdo. en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y máster oficial en Comunicación de la Ciencia y la Tecnología. (Septiembre de 2017).

https://independent.academia.edu/guillerdacosta

  • ¿Cuál es su relación con el ámbito educativo?

Profesor de Filosofía de enseñanza secundaria. Pero tengo una hija pequeña, así que supongo que estoy a punto de abrigar (más) reparos en dicho ámbito.

  • Comente la importancia que tienen para usted los siguientes términos en relación con la educación (no importa el orden ni la forma de la respuesta; añada otros términos si lo considera oportuno):

Esfuerzo: Spinoza decía que «todo lo excelso es difícil». No hay nada más excelso que la educación. Hay que educar en el esfuerzo, eso es indudable; también en la recompensa por dicho esfuerzo. Idealmente, a través de la educación deberíamos ser capaces de descubrir nuestros talentos, pero es imposible desarrollarlos si no hay empeño personal.

Conocimiento: «Conocimiento interdisciplinario: la naturaleza no tiene ninguna culpa de los planes de estudios vigentes en escuelas y universidades» (Jorge Wagensberg). Por cierto, Wagensberg es ya lectura obligada para educadores.

Diversión (felicidad, alegría): Conocer, comprender, estudiar, leer es gozoso y produce alegría. ¿No es este el leitmotiv de la educación? Por otra parte, no todo el mundo lo ve así y es natural. ¿Deberíamos modificar la edad de escolarización obligatoria?

Pasión (emociones): Si en algo hemos acertado en estos últimos años ha sido en la necesidad de incluir la inteligencia emocional en los planes de estudio. ¿Se está haciendo bien? Es casi una anécdota en el currículo de ética, así que me figuro que ni se plantea en el resto de materias.

Creatividad: No estoy seguro de que la escuela mate la creatividad —como se dice a veces—. ¿No es preciso primero estudiar y conocer para luego desarrollar capacidades como el pensamiento divergente o la imaginación constructiva?

Salud: La de profesores, mala: estrés, ansiedad, depresión. La de alumnos, también: dolores de cabeza y espalda, presión por los deberes, trastornos de la alimentación. Algo va mal.

Autoridad, respeto: Desde 2008 los profesores tenemos la condición de autoridad a efectos penales. Según parece, en los últimos años ha habido muchos casos de padres y alumnos condenados por delito de atentado. Siendo realistas, en muchos casos el docente ha pasado de ser profesor a ser aguantador.

Resiliencia: Entre otras cosas, porque es necesaria para la felicidad.

  • ¿Cuál es su opinión personal acerca de la situación actual en la que se encuentra el sistema educativo de su país? 

«Al nacer, lloramos porque entramos en este vasto manicomio». (Shakespeare: El rey Lear). Cambien «al nacer» por «al interinar».

Por una parte, el problema es que es un sistema que no se adapta a las personas, sino que las cosifica y convierte en un cociente. La competitividad se instala en las aulas a edad temprana. Hay que tener en cuenta que, según las neurociencias, la madurez intelectual no se alcanza hasta los 21 años, así que habría que repensar las etapas educativas en función de estas cosas.

  • ¿Qué propuestas le parece que podrían mejorar la situación del sistema educativo de su país?

Me lo pregunto a diario. Como el cuerpo educativo es heredero de sus ascendientes orgánicos: sistema político, jurídico, económico, etc., en él desaguan todos los dislates e iniquidades sabidos. ¿Qué hacer entonces? Lo más que puede hacer un simple profesor de instituto es no claudicar ni malograr su vocación. Y leer y pensar mucho, claro. A mí me parecen muy interesantes las ideas de Victoria Camps y Edgar Morin.

  • Si lo desea, añada algo más para enriquecer la entrevista.

La disrupción tecnológica está llegando tarde a la educación. Si se queda solo en lo instrumental, será perniciosa. Ni la sociedad ni la democracia del conocimiento son cuestiones de ciencia infusa, así que valores como los referidos arriba son irreemplazables (esfuerzo, pasión, resiliencia). Cuando pensamos en los muchos perfiles que serán sustituidos por robots, digamos que los profesores no estamos en riesgo grave de perder el empleo. Deberíamos ponderar y aprovechar las cualidades que los algoritmos no son capaces de imitar: nuestra humanidad. ¡Seamos cíborgs, pero no androides autómatas!